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Sillita de paseo para muñecas Vercor Urban Freestyle
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Hacía ya unos cuantos días que no os daba la chapa con cosas de niños. Esta vez os quiero hablar de uno de los juguetes favoritos de mi hija desde hace ya unos cuantos meses y lo más chocante es que es algo que por edad no le correspondería. Se supone que es para niños un poquito más mayores pero por supuesto valoramos varias cuestiones antes de dejárselo. Primero, que mi hija está bastante más desarrollada para su edad que la media. Se sale por arriba en los percentiles, algo que no es básico pero sí importante porque si no no llegaría por altura. Pero es que tiene un año y medio y está en la media de altura de los niños de 2, lo que es bastante. Y segundo, siempre ha sido una máquina en lo que se refiere a andar. La tía controla muchísimo.

Mi hija no comenzó a andar a una edad asombrosamente temprana, no creáis. Parecía que sí porque siempre tuvo mucha prisa con todo lo referido al movimiento (no así con el lenguaje que lleva un desarrollo completamente normal para su edad) pero al final dio sus primeros pasos el día que cumplía los 11 meses. Esto es pronto, pero no “muy” pronto. Entra dentro de la media. Eso sí, como en realidad estaba preparada mucho antes y si no lo hizo fue porque el día que repartían la valentía debía estar en el baño, cuando por fin se decidió a lanzarse lo hizo con una soltura que daba miedo. Así que pasó de no andar sola a hacerlo sin apenas titubeos. Por eso nunca necesitó andadores y otros juguetes del estilo porque se bastaba solita sin mayor problema. No necesitaba perfeccionar el andar porque como digo, bastante perfeccionado lo tenía.



Pero a los críos en esta edad sí que les gusta andar por andar. Es toda una novedad y se divierten caminando sin rumbo fijo. Es su manera de mostrar que “pueden” hacerlo. Como andar sin más no suponía mayor reto y presuponíamos que un andador que va muy lento tampoco, quisimos comprarle una sillita de estas para muñecas para que fuera un reto para ella. Y lo cierto es que le encantó.

De primeras no teníamos muy claro si le iba a gustar o no, así que fuimos a un todo a cien y compramos una cutre, cutrísima ahí. La verdad es que hicimos bastante el canelo porque era fea no, más y nos costó ahora no recuerdo si fueron 8 o 10 euros y era bastante poco presentable. Muy endeble, la tela que hacía de asiento se iba a tomar viento fresco con una facilidad terrible y casi hasta se rasgaba de mirarla. Y sobre todo es que era horrorosa. Así que cuando vimos que el juguete era muy de su agrado fuimos a buscar algo más presentable.

== LAS ALTERNATIVAS EN EL MERCADO ==

Nos volvimos locos… miramos en un montón de tiendas buscando algo que cumpliera las cuatro premisas necesarias para nosotros: 1) que no fuera muy armatoste (bastantes pingos tenemos ya en casa como para añadir uno más) 2) que fuera plegable para que no abultara mucho 3) que la niña llegara por altura 4) que no fuera muy cara. Sinceramente, yo pensé que sería mucho más sencillo. Pero ¡qué va! Nos volvimos majaretas. Miramos en el Toys’r us, en el Carrefour, en el Alcampo, en el Imaginarium hasta que por fin dimos con esta en el Corte Inglés.

El problema es que la mayoría de las sillas son demasiado bonitas. Muchas de las sillas reproducen modelos existentes en la realidad para los bebés. Hay auténticas preciosidades. Parece que casi se puedan sentar en ellas los niños. Algunas son auténticos armatostes. Muy bonitas, pero enormes. Con unos detalles alucinantes, pero que requieren casi una habitación aparte para tenerlas. Y por supuesto mi hija no llegaba ni de casualidad para llevarlas. Si es que casi las podía llevar yo… Para niñas (o niños, que no hay por qué ser sexista, qué narices, aunque siendo realistas las suelen comprar más las niñas que los niños) más mayores son como para volverse loca. Eso sí, de 40 euros no bajaban ninguna y lo normal era que rondaran los 60 euros. Muy por encima de mi presupuesto.

Estaba ya casi a punto de rendirme. Pero por suerte encontramos esta en el Corte Inglés y la tenían en exposición y todo.

Como digo, hicimos el canelo. Si la del Todo a Cien nos costó, siendo un horror 8-10 euros, esta, que es una monada y está mucho mejor acabada costó únicamente ¡¡¡ 12 euros!!! ¡¡¡Menuda ridiculez!!! Si lo sé, compro directamente ésta y me dejo de tonterías.

== VERCOR ==

Es una marca española que básicamente se dedican a fabricar cochecitos para las muñecas y cosas de este estilo. Tienen alguna cosa más, que podéis ver en su página web. Me da la sensación de que deben fabricar algún producto medio en exclusiva o al menos con colores especiales para el Corte Inglés porque los colores que están en este gran almacén no se ven en su catálogo web. Y la que compré yo estaba en el catálogo del Corte en vigor. Es la única explicación que se me ocurre, y me costa que a veces funcionan así.

La sillita que yo compré es el modelo más básico de todos, pero no es el único. Hay como unos tres o cuatro disponibles, que van incrementando su complejidad (y su precio) progresivamente. Hay hasta una para gemelos, muy majica, que creo recordar que costaba en torno a los 40 euros. Ninguna de ellas me pareció desorbitada de precio, visto lo que vi por las tiendas. Cierto es que no son los carritos más llenos de detalles del mercado, quizás sean los de gama media, pero son un producto bastante vistoso y si no queréis arruinaros son más que suficientes.

== LA SILLITA ==

Yo quería la más sencilla, aparte de porque era la más barata, sobre todo porque era la más pequeña. Mi hija, pese a que puede estar muy alta, no deja de tener año y medio y a las otras no llega a la empuñadura. En este modelo llega ni ningún problema, puede coger las asas con facilidad y es de su tamaño. Con el resto no podía. Así que, precio aparte, es que es el único modelo que nos valía.

La sillita imita a una silla de segunda edad de un niño. Es más o menos como la silla trapera en la que la llevamos a ella. Es muy, muy simple. Una silla de plegado tipo paraguas, que al doblarse queda reducida a nada, con cuatro ruedas y que para que quede fija y no se doble simplemente lleva un cierre. Por supuesto, no lleva frenos ni nada por el estilo. El asiento es muy sencillo también. Es una lona, sin más, con un arnés de pierna como los de las tronas de tela, para que la muñeca no se caiga con el traqueteo. Aunque mi hija jamás pasea a nadie. Es marca de la casa. Puede poner a alguno de sus muñecos en parado pero cuando emprende el viaje lo tira antes, la muy jodida. Le deben molestar…

Los colores son bastante monos. Está hecha en gris y rosa palo, mucho más presentable que el estampado horrible de la del Todo a Cien que daba vergüenza. También es mucho más difícil de sacar la lona, uno de sus mayores entretenimientos.

Como diferencias, aparte de la presencia que es evidente que es mucho mayor, sobre todo tiene dos:

1) Esta incorpora “de gratis” una sombrilla. Esto no es determinante porque la sombrilla, como en las de los niños de verdad es un auténtico rollo. Se sujeta con una pinza que se aprieta pero me parece bastante peligrosa y no la utilizamos. Es muy bonita pero no me parece nada práctica, así que hasta que no sea más mayor y controle más, de momento está en un armario.
2) Esta sí que me parece FUNDAMENTAL. Son los tubos. En la del Todo a Cien, en la parte delantera no están cerrados, con lo que puede meter el dedito y quedarse aquí enganchado. No ha pasado, y puede ponerse un poco de plastilina o taparse de algún modo, pero no me parece que esté bien terminada. Y por otro lado me dan sensación de mucha mayor fragilidad y de que se puedan partir en algún momento.

La del Todo a Cien ha pasado los controles CE, quiero decir, si no, no la hubiese comprado, pero aún así no me convence. Y la diferencia de precio (no sé si son 2 o 4 euros, pero en todo caso es mínima) no merece la pena. Creo que la calidad de una y otra es abismal y a simple vista se percibe. Si estuviésemos hablando de muchos euros podríamos ponernos a hacer ñapas (ya que estamos hablando de un producto que ha pasado los controles, por supuesto, si no, ni eso), pero en este caso no es justificable.

== ¿POR QUÉ NOS GUSTA LA SILLA? ==

El pegote se lo pasa tremendamente bien con ella. No veáis los rallies que organiza en el pasillo corriendo con la silla arriba y abajo. Es, con diferencia uno de los juguetes a los que más partido le hemos sacado. Aún sumando el gasto de las dos sillas más la que compramos para casa de mi madre, sigue resultándonos rentable porque es con lo que más juega. A menudo la utiliza para desplazarse con ella de una habitación para otra.

Siempre ha andado muy bien, pero gracias a la silla corre. Va a unas velocidades supersónicas. Es impresionante lo rápido que va. Y apenas se cae. Controla muchísimo el movimiento. De momento no la utiliza para jugar, pero todo se andará. Es un juego que también tiene una vida muy larga porque hoy en día es una sucedáneo sofisticado del andador (versión fórmula uno) y más tarde le servirá para el juego simbólico con las muñecas. Pero todo a su debido tiempo. Ya dará el salto. Yo no tengo ningún tipo de prisa.

Otro uso que le damos, y no os riáis, es como GPS. Ella anda fenomenal, pero a su ritmo y en la dirección que le da la real gana. Ir con ella andando es desesperante porque llegar a tu destino te puede costar tres veranos, eso si llegas. Si no tienes prisa, la de aquel, pero como la tengas, ya puedes armarte de paciencia. En cambio, tenemos comprobado que si va con su propia silla llevándola ella llegamos mucho antes. Suele ir en línea recta, se distrae mucho menos, pone la directa y va más rápido. Así que conseguimos llegar a nuestro destino más rápido. A los que no tengáis niños pequeños os parecerá una chorrada, pero los que sí que los tengáis o los hayáis tenido me entenderéis perfectamente. Es que puede ser completamente desesperante.

Además, se puede entretener con esto durante mucho rato. El tiempo que pasa jugando con su silla es muchísimo, siempre hablando del tiempo relativo de los niños pequeños que se cansan enseguida de casi todo.

Con la silla mi hija ha perfeccionado el equilibrio, la velocidad, la dirección y realmente es un juguete al que le saca mucho partido. Estoy encantada de la vida con el “concepto” del juguete. Y con este modelo en concreto también. Me parece que aúna calidad a un precio insuperable (ya os digo que es prácticamente equiparable al que se puede encontrar en una tienda a Todo a Cien que suelen ser muy baratas) y además da respuesta a todas mis necesidades una por una, así que no puedo menos que recomendarlo vivamente.



Sillita de paseo para muñecas Vercor Urban Freestyle

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