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Biberones Avent
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Vuelvo al ataque con un producto de pequeña puericultura y cómo no, tenía que ser de Avent. En este caso se trata de los biberones de Avent, de plástico y con tetinas de silicona. En esto de los biberones, como en muchos artículos de alimentación y puericultura para nuestros retoños, son ellos los que eligen. Yo lo tuve fácil, tenía sólo dos tipos de biberones en casa y el niño pronto se decantó por los de Avent. En cambio hay otros niños que necesitan probar varios biberones y tetinas hasta encontrar el que les gusta, e incluso nos encontraremos con niños que nunca van a probar un biberón, pasan directamente del pecho a la alimentación sólida, algo perfectamente normal.

Nosotros llevamos en torno al año y medio usando estos biberones, al principio ocasionalmente, cuando mi madre daba al niño un biberón de mi leche, y luego, con el destete, a diario. Tengo los mismos biberones que tenía al principio, sólo he comprado alguno de mayor tamaño, y se conservan en muy buenas condiciones a pesar del uso y los lavados. Con esto ya os adelanto que, como de costumbre, no tengo más que alabanzas para estos bibes de Avent.



Biberones y accesorios de Avent

En el mercado podemos encontrar biberones de cristal y de plástico. Yo sólo he probado los de plástico ya que los de cristal siempre me han dado un poco de medio por el peligro de rotura. Los de plástico tienen la ventaja de que no se rompen (al menos con caídas normales) pero está el inconveniente de que pueden absorber olores, teñirse y degradarse más rápidamente que los de cristal.

Además de estos materiales hay diferenciación también por la forma. Básicamente se distinguen entre los de boca ancha y los de boca estrecha. Los hay también con forma fisiológica pero estos no los he usado nunca. Los de boca estrecha son los de Suavinex por ejemplo o los de Chicco de toda la vida (ahora ambas marcas también los tienen de boca ancha pero no los tenían hace unos años). Los de boca ancha más típicos son los de Avent y los de Nuk aunque también tenemos ahora los novedosos Tommee Tippee. La mayoría de las marcas tienen ya biberones de ambos tipos y tetinas de diferentes formas y materiales para adaptarse a los gustos de todas las mamis y los bebés.

Avent es un poco diferente en este sentido, ya que sólo comercializa biberones de boca ancha de plástico y tetinas de silicona. Al tener sólo un tipo de biberón tenemos el inconveniente de no poder elegir pero la ventaja de ser biberones convertibles y la posibilidad de usarlos con todos los demás accesorios para la lactancia y la alimentación que nos ofrece Avent.

Los biberones de Avent se caracterizan también por su estética un tanto sobria, no se acercan ni de lejos a la cantidad de colorines y dibujos que podemos encontrar en los biberones de otras marcas. Son transparentes, con las marcas de las medidas en azul, la rosca blanca y la tapa también transparente. Jamás he visto un biberón de Avent con colores o decoración y eso que los he visto en otros países (no porque me dedique a investigar la forma y uso del biberón en el extranjero sino porque es muy común verlos en el cine, en películas donde aparecen bebés suelen verse biberones Avent).

Se comercializan en tres tamaños: 125, 260 y 330 mililitros. Las medidas las encontramos marcadas en azul oscuro en un lateral del biberón. Además de los mililitros y centímetros cúbicos, en algunos biberones (no en todos, por ejemplo en el de 330 que yo tengo sólo vienen mililitros) también tenemos la medida en el sistema inglés o imperial, en onzas líquidas (fl. oz). Evidentemente, yo me guío por los mililitros. Las medidas comienzan en los 20 mililitros para los biberones de 125 y en los 60 para los de 260 y 330 por lo que se pueden usar para medidas muy pequeñas de líquido.

En la parte delantera del biberón sólo encontramos la marca y la indicación “made in England” y no busquéis otra decoración porque no hay más.

La rosca para insertar la tetina y cerrar el biberón es de un giro, sencilla de abrir y cerrar. Las tetinas se introducen a presión y sirven todas para todos los biberones. Hay cinco tipos de tetinas, numeradas del 1 al 4 y luego la de tres posiciones; pues todas ellas se pueden utilizar en los tres biberones. La unión de las tetinas Avent con el biberón forma un sistema de válvula que permite que el niño no trague aire al succionar; la válvula, al funcionar, produce una especie de silbido que nos indica que el aire está circulando y no llega a la boca del niño.

Las tapas ajustan mediante presión en la rosca del biberón y presionan a su vez la parte superior de la tetina impidiendo que se escape el líquido al agitar o transportar el biberón. Esto parecerá una bobada pero no lo es... las pocas veces que he usado el biberón de Suavinex que tengo, al agitar la leche esta se escapa por la tetina, e incluso llega a salirse y manchar porque la tapa ni ajusta con la suficiente presión en la rosca del biberón ni presiona la tetina para evitar estas fugas. Es otra de las ventajas de los biberones de Avent. La tapa, como digo, va a presión, y va más bien dura, con las manos mojadas es un poco difícil de abrir aunque con ellas secas no hay ningún problema.

Os decía que una de las ventajas de los biberones de Avent es que son convertibles, ya que, además de poder usarse con todas las tetinas, también podemos utilizarlos con el extractor de leche Isis y utilizarlos como tarros conserveros de leche. Para ello no hay más que roscarlos en la base del extractor. Luego, una vez extraída la leche, hay unas tapas selladoras, que se venden por separado, y que permiten conservar la leche. También podemos conservar las papillas y alimentos del niño cuando ya no usemos los biberones para la leche y así seguir dándoles utilidad durante más tiempo.

Además, podemos convertirlos en vasos mágicos, esos en los que beben los niños en la transición del biberón al vaso normal. Se venden también por separado boquillas con válvula antigoteo, rígidas y flexibles, que encajan en las roscas de los biberones y los convierten en vasos. Incluso podemos acoplarles asas que se encajan en la parte superior del biberón, fijándolos con las roscas, y permiten que el niño los use con mayor facilidad. De este modo los biberones tienen una vida mucho más larga.

Pensaréis que no pueden soportar tanto trote, pero sí, lo soportan, nosotros ya los hemos utilizado como vasos mágicos y siguen en buen estado. No los he utilizado como tarros conserveros pero la única pega que puedo encontrarle a este uso es que tomen el color de algún alimento, por lo demás no les veo más que ventajas.

Sobre el precio no puedo contar mucho porque el pequeño me vino de regalo con el extractor Isis y los dos medianos venían en el esterilizador de microondas. El grande sí que lo he comprado pero hace tanto que no recuerdo el precio. En Internet los he visto desde 5,20 euros la unidad el pequeño, 5,75 euros el mediano y a 6,95 euros el grande. En packs de dos y de tres unidades son mucho más baratos, y podemos conseguir dos biberones de 125 por 8,90 euros, dos de 260 por 9,90 euros, tres de 330 por 14,90 euros, etc.

Uso y resultado de los biberones Avent

Como digo, llevamos en torno al año y medio usando los biberones Avent. Los más pequeños, los de 125, los usé al principio para las tomas de leche materna que le daba mi madre, y después para tomar zumo de naranja por las mañanas. Ahora los suelo utilizar con las asas y las boquillas antigoteo para que el niño beba agua en las comidas. Los medianos y el grande los sigo usando para la leche y a veces para agua.

Como ventajas, que ya he ido mencionando, les veo sobre todo su calidad, ya que después de meses de uso están en buen estado. Llevan muchos lavados, en ocasiones incluso en el lavavajillas, y ni siquiera han perdido la pintura de las medidas o de la marca, como pasa en otros biberones.

La boca ancha es otra de sus ventajas... no es que yo sea especialmente patosa pero en los de boca estrecha casi siempre se me caía algo de leche o de papilla (en los biberones espesados) fuera del biberón. Con estos no hay que ser muy mañoso, se llenan con facilidad.

El precio tampoco es una pega; tienen la ventaja de venir como regalo en muchos otros productos de Avent, pero si los compras a parte tampoco son especialmente caros, sobre todo si coges algún pack.

La posibilidad de convertirlos en tarros conserveros o en vasos mágicos es otra de sus ventajas, alargan su vida útil y nos evitan comprar más trastos, ahorrando también en espacio.

El ajuste de la tapa, del que ya he hablado, que impide que la leche salga por la tetina al agitar o transportar el bibe, también es una ventaja a tener en cuenta, ya que en otros la leche se escapa al agitar.

Su resistencia también es un punto a su favor. Han llevado golpes y caídas y ninguno se ha roto. Evidentemente, si los quieres romper lo acabarás consiguiendo pero con el trato que les da un niño no hay ningún peligro de rotura.

No todo son ventajas, también les veo algún inconveniente. El primero quizás sea que tienen tendencia teñirse, especialmente las tapas. El bibe pequeño, en nuestro caso, tuvo una temporada un tono amarillento debido al zumo de naranja, aunque después, con los lavados, se ha ido quitando. Ahora son las tapas de los bibes grandes las que tienen tono rojizo debido a un descuido mío, ya que en una ocasión los metí en el lavavajillas junto a un recipiente que tenía restos de tomate. Ahora, con los lavados, están volviendo a su color original. Lo que no tienen es ningún tipo de olor, ni las tetinas ni los bibes, cosa que sí me ha pasado con el único biberón que tengo de otra marca, cuya tetina, que es de caucho, tiene un extraño olor a pesar de haberla usado más bien poco. Este otro biberón también ha perdido parte de la pintura con la que está decorado.

Otra pega que les veo es que en ocasiones, si no ajustas bien la rosca, pueden tener alguna fuga. Esto me ha pasado pocas veces pero alguna me ha sorprendido encontrarme al niño remojado en leche porque no había ajustado bien la rosca y el biberón perdía. A simple vista parecía que estaba bien cerrado pero no era así. Fueron pocas veces, quizás por inexperiencia, pero es algo a tener en cuenta.

Con los lavados, a no ser que utilices una esponja muy suave, pueden rallarse un poco. Es algo muy leve pero afea un poco los biberones con el tiempo.

A pesar de todo, es normal, y para el uso que tienen no me parece que tengan mal aspecto. Juzgadlo en las fotos. Por su relación calidad precio, por su forma y su posibilidad de uso más allá del estricto como biberón, por la confianza que tengo en la marca Avent, los recomiendo al 100%. Aunque la última palabra la tendrá el bebé, no os quepa duda.



Biberones Avent

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